La concordia. Diario histórico político y literario. Gaceta del gobierno de Haití francés del 23 de diciembre de 1821

Nuestros vecinos los españoles acaban de proclamar la independencia de esa parte el
Primero de este mes. La forma de gobierno que ellos han adoptado es el de una República que será reconocida bajo la designación de República Dominicana.(1)
Nosotros tenemos a la vista los documentos impresos que han sido publicados en Santo Domingo y lo largo de ellos no nos permite participarlos a nuestros conciudadanos. 2)
El coronel Carvajal ha sido nombrado Capitán General y el ciudadano José Núñez de Cáceres, Presidente. Se ha establecido una Junta provisional de Gobierno.

Hemos visto en la acta constitucional que ha aparecido que dos Diputados deben ser enviados cerca de la República Colombiana para anunciar el cambio político y manifestar el deseo de confederarse con dicha República. Otros Diputados deben igualmente ser enviados cerca del Presidente de Haití para proponerle un tratado de Amistad, de Comercio y de Alianza para la defensa común y la seguridad de un mismo territorio en caso de invasión del enemigo y de maquinaciones interiores contra la libertad y la independencia. Algunos días antes habíamos apercibido que el Comandante Militar de Dajabón, Almirante había arbolado el pabellón de la República de Haití en su distrito. Este ciudadano nos parece haber sido mejor inspirado, y con más conocimiento en los intereses de su país. El no ha puesto en problema ni parece que desconoce la historia natural de su patria. En efecto. ¿qué tiene de común la próxima distancia de la República Colombina, con la nueva República Dominicana que acaba de declararse independiente? La diferencia de costumbres que las separa no las hace necesariamente extranjeras una de la otra; los modales físicos y morales de los Colombianos, pueden entrar en balanza con estos haitianos? La sola confederación legítima (3) preparada por la naturaleza, la situación local, las mismas necesidades, los intereses comunes ¿nos ligan con nuestros vecinos Españoles? ¿por qué buscan en otra parte una confederación?¿qué socorro puede la República Colombiana procurarles si viene un enemigo a efectuar un desembarco inopinado sobre sus costas? ¿Enviará esta República fuerza a su aliado cuando ella misma ignora su riesgo? Y aún cuando no lo ignore ¿Le permitirá su situación el socorrerla cuando la República de Haití puede en 24 horas hacer marchar una armada para volar a su defensa? Los autores de la revolución nos parece haber desconocido los verdaderos intereses; ellos debían recordarse los socorros que los haitianos en otra ocasión les han enviado para ayudarlos en la liberación de su territorio, cuando se hallaba ocupado por las fuerzas francesas. Esta circunstancia, el reconocimiento mismo parece debía prescribirle no solicitar o no tener otro aliado que la República de Haití Parece al mismo tiempo que ellos no ignoraron esta verdad, pues que deben enviar cerca del Presidente de nuestra República para proponerle un tratado de amistad, de comercio y alianza para la defensa común. De modo que la nueva República Dominicana será confederada con la Colombiana y la República de Haití tendrá todas las cargas, tanto de su defensa, de su misma salud (el traductor saltó algunas palabras y quedó escrito “vu siendo aquella extranjera como confe-“ y continúa luego) siendo extranjera como una república confederada en otra parte. Esto no nos parece posible.

En tanto que nuestros vecinos eran (estaban es la traducción correcta) bajo el Gobierno de la Metrópoli, hemos respetado su régimen interior , mas hoy que han proclamado su independencia ¿(no) parece natural exigirles o prevenirles que no tengan otra confederación que la nuestra?

Si sobreviniese, lo que Dios no quiera, que nosotros viniésemos a entrar en guerra (4) con la República Colombiana, ¿la República Dominicana no será obligada a tomar parte de esa guerra, como parte de una confederación que desde luego será hostil? Y la República de Haití en este caso ¿no sería forzada a romper con ella y tratarla como enemiga?. Nosotros decimos que sus intereses son tan estrechamente aliados con los nuestros que los hacen casi indisolubles y que la razón, la justicia, la sana política nos prescriben no sufrir que ella no se confedere con ninguna otra que con nosotros. Esta es una cuestión que se somete a los diplomáticos y que el sano interés de nuestro País comun nos ha hecho presentar.

Archivo General de Indias- Sevilla- Audiencia de Santo Domingo- Gobiernos polítios- año 1820 a1822- estante 78, caja 5, legajo 21- documento No. 49

1-Este documento llamando “República Dominicana” al ensayo político de 1821, copiado del Archivo General de Indias, está en manos del Estado Dominicano desde el año 1928. Esto no ha suscitado debates. Al contrario. Existe una regla de oro de guardar el más absoluto silencio. Si fue un error voluntario o involuntario de la dirección del periódico “La Concorde”, esto no importa. El asunto es que el nombre “República Dominicana” deja de ser el patrimonio que se le atribuye, desde la supuesta fundación en 1838, a la tal “Sociedad la Trinitaria” y a Juan Pablo Duarte. Este tenía apenas 8 años de edad cuando se produjo, en 1821, el acontecimiento que alcanzó tal envergadura como para ser reseñado en la prensa que preparaba la opinión pública, “que se somete a los diplomáticos”, para aceptar la invasión y dominación haitiana iniciada en 1822. No estamos ante un hecho fortuito de la imaginación e intriga de los haitianos que está en presencia de una República Dominicana cuando dicen que la única federación política a la que los dominicanos teníamos derecho era con ellos. Esa existencia correspondía a una realidad que era reflejada por “La Concorde” en diciembre de 1821. La comunidad científica está invitada a arrojar luz sobre este asunto. El asunto que no se quiere debatir es ¿eran los haitianos los únicos que llamaban REPÚBLICA DOMINICANA al ensayo político de 1821 o los cronistas haitianos utilizaban el término más difundido por la propaganda y agitación de quienes en el país dominicano buscaban fundar un Estado donde los principios de la LIBERTAD E IGUALDAD sustituyeran la dominación teocrático colonial esclavista?¿Acaso los observadores políticos haitianos que escribieron en “La Concorde” que la República Dominicana acababa de ser proclamada por sus vecinos restaban crédito al nombre de “Estado Independiente de Haití Español” alrededor del cual no se había producido ninguna labor de propaganda ni correspondía al movimiento que despertaba el interés de la población en rebeldía en el noroeste y norte de la colonia española? ¿Habían convencido los agentes quinta columna haitianos a los partidarios de la REPUBLICA DOMINICANA en el noroeste y norte a aceptar una federación con Haití en los términos expresados de alianza defensiva “si viene un enemigo a efectuar un desembarco inopinado en sus costas”, los que aparentemente están avalados en el recuerdo de “los socorros que los haitianos enviaron para ayudarlos en la liberación de su territorio ocupado por las fuerzas francesas”?

2-“A la vista los documentos impresos” que atribuyen al señor José Núñez de Cáceres el protagonismo del ensayo político de 1821 tenían que lee, hasta prueba en contrario, “Estado Independiente de Haití Español”. No cabe la posibilidad de leer REPÚBLICA DOMINICANA donde dice “Estado Independiente de Haití Español”. Este cambio de nombre que funde dos propuestas políticas diferentes necesariamente respondía a una artimaña para justificar la invasión de la “Santa Alianza” antidemocrática, contrarrevolucionaria.

3-Nótese como círculos que definen la política de Haití son capaces de plantear una “confederación” con el país dominicano para ocultar su política expansionista hacia “la parte este” a la que lejos de darle un trato de país “confederado” procedió a prohibirle el uso de su idioma, impuso una persecución ideológica contra los partidarios de la libertad de imprenta, de organización en partidos políticos, del desarrollo independiente de sus fuerzas agrícolas, ganaderas, industriales y, en cambio, le impuso el yugo cruel de sus concepciones oscurantistas anticientíficas, el saqueo de las riquezas nacionales con un pago injustificado a los colonialistas franceses para que estos dispensaran un “reconocimiento” a la República de Haití, la asquerosa cultura del mulato haitiano de discriminar social y políticamente al negro tanto de Haití como del país dominicano y en cambio colmar de facilidades a los blancos que formaron parte del aparato de opresión esclavista colonial y teocrático de España.

(4) La hipótesis de una guerra con la República de Colombia no resulta tan peregrina cuando conocemos la obsequiosidad de la clase gobernante de mulatos haitianos con las fuerzas colonialistas teocráticas de Europa, encabezadas por el papa Pío VII, enemigas de la lucha por la soberanía, libertad e independencia de los pueblos del continente americano. La “presidencia vitalicia” de la constitución haitiana era en sí misma un rechazo al principio de la soberanía que reside en el pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado. La guerra, que es científicamente definida por Clausewits, como la política con efusión de sangre, estaba potencialmente en el ambiente entre el Haití de Boyer y la Colombia que rompía el yugo de la dominación colonial española. Nótese que el gobierno haitiano dispuso prohibir todo intercambio comercial con los países recién independizados, bajo severas penas de cárcel para los capitanes de naves y la confiscación de estas y de las mercancías que transportaran. Boyer era un lacayo de las fuerzas más reaccionarias del mundo de ese entonces.